En el taller de José

En nuestra cultura, las tradiciones buscan hacer presente la memoria que se tiene de situaciones, eventos o verdades primerísimas que hasta el día de hoy representan la identidad de  nuestro pueblo.  Una de esas tradiciones es el Belén que solemos poner en nuestras casas para Navidad, nos recuerda que el infinito Dios se ha encarnado, que "la Verdad ha brotado de la tierra", como dice el salmo que entitula en latín este artículo.  En un mundo que vive de tantas mentiras, nuestro Belén nos recuerda esta Verdad Salvadora.

Con este hermoso villancico anónimo del siglo XV español (publicado en Venecia en 1556), les deseamos a todos nuestros familiares, amigos y bienhechores unas dichosas fiestas de la Navidad del Salvador, cuya Aurora celebramos Inmaculada en este día. Aunque estamos de exámenes de fin de semestre, enseguida gozaremos de unos días de descanso, donde les recordaremos a todos.   Riu, Riu, Chiu,                   la guarda ribera, Dios guardó el lobo                 de nuestra Cordera. El lobo rabioso                   la quiso morder, mas Dios poderoso             l a supo defender,              quísole hazer                    que no pudiesse pecar:        ni aún original                      esta virgen no tuviera. Riu, Riu, Chiu, ...      Este qu’es nasçido             es el gran monarcha, Christo patriarcha            de carne vestido. [H]anos redimido                    con se hazer chiquito, aunque era infinito,          finito se hiziera.